Nueva victoria del equipo de López que se aleja de la zona peligrosa, y que además luego de la derrota de Estudiantes es puntero del campeonato.
El primer tiempo predominó River con el balón sin ser profundo, pero en una jugada maginifica con 25 toques en total, en la que Lamela fue el arquitecto de la misma, se puso en ventaja y pasó a llevar las riendas del partido.
Sin embargo Quilmes, al verse derrotado en el marcador de a poco empezó a tener cada vez el balón en la búsqueda imperiosa del empate y Caneo, en la más clara para el cervecero en el primer tiempo desvió un remate luego de la jugada mas clara del local.
El segundo tiempo todo fue del conjunto de Caruso Lombardi, que contó por lo menos con 3 ocasiones claras de gol. Carrizo impidió que eso pasara en algunas y otras fueron desviadas y desperdiciadas.
River fue muy mezquino con el gol a su favor y se dedicó solamente a cortar el juego en la mitad de la cancha con una actuación descomunal de Almeyda y la solvencia de Díaz y Roman en el fondo.
Un victoria quizás injusta por lo hecho por ambos a lo largo del partido, pero la diferencia la marcó River con un destello de magia, esa que destruye cualquier sistema táctico y que te hace ganar los partidos.
